En el tiempo de La Semana Santa de los cristianos, los poemas con un sentimiento religioso parecen oportunos. Este poema está escrito hace unos años.
La cruz desnuda
La Cruz desnuda, Señor,
no está tu Hijo;
sólo el aire contiene sus demandas
sus gritos de dolor por los pecados.
La Cruz desnuda, Señor
no está el sudario
tan solo la madera está crecida
de lágrimas, sudor y desengaños.
La Cruz vacía, Señor
no están los clavos
su sangre inunda los maderos,
los huecos de los clavos, las astillas...
La Cruz vacía, Señor
la Cruz desnuda
el hombre ya no está clavado en ella
su cuerpo sepultado nos redime.
La Cruz verde, Señor
de tu esperanza
la dicha por la fe recuperada,
el gozo redentor que nos aguarda.
La Cruz verde, Señor,
que nos rescata
del abismo y del horror de los pecados,
del miedo de estar solos en el mundo.
La Cruz vacía, Señor,
la Cruz vacía,
aunque llena de afrentas y quebrantos.
La Cruz vacía, Señor,
cruz de cristiano,
como signo de entrega generosa,
como guía de amor,
como legado.
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