Guantes azules
Tres gotas de sangre y cristales
en la calzada,
me estremecen al verlos,
se rompe mi alma.
Siempre es lo mismo,
guantes azules abandonados,
dejados como señuelo,
como avisando,
de que el dolor acecha, está mirando,
para clavar sus garras
al descuidado.
Guantes azules, guantes
abandonados,
entre gotas de sangre,
sangre y cristales
un cuerpo está en el suelo
muerte en la calle
y a su lado perennes
siempre los guantes.
Con las huellas marcadas
de aquél ángel
que hizo lo imposible
para salvarle.
O morir
o ser de dolor la tarde,
pero siempre se abandonan
los guantes azules de látex.
Y aunque no pase nada,
ni haya cristales,
ni queden en el suelo
gotas de sangre,
quedarán como muestra inevitable,
unos guantes azules de látex.
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